La discusión posterior al primer debate entre los candidatos a la presidencia en Estados Unidos fue sobre por qué Hillary Clinton venció a Donald Trump y cuántos puntos porcentuales más de ventaja le había significado en las encuestas. El ciclo noticioso, los analistas y los spots de campaña repetían las respuestas de Trump sobre cómo no pagar impuestos le hacía parecer inteligente, cómo interrumpió más de 50 veces a Clinton, y cómo la reacción de Hillary a sus ataques lo dejaron sin palabras. La derrota de Trump fue tan evidente que, tan pronto terminó el primer debate, tuvo que salir a la sala de prensa o spin room para tratar de explicar lo sucedido en el auditorio de la Universidad Hofstra.
Para los medios de comunicación estadounidenses durante la campaña, la información ha girado alrededor de Donald Trump en una proporción de dos a uno sobre la información de Hillary Clinton (en los mexicanos, la proporción es de cinco a uno). Lejos se ve el primer debate del 26 de septiembre (apenas hace 13 días) en relación con lo sucedido a partir de ese momento, pues Donald Trump ha tenido las peores dos semanas desde que fue formalmente nominado por el Partido Republicano como su candidato a la presidencia.
La tradicional “bomba de octubre”, que es la filtración que revela un aspecto desconocido por el electorado, estalló del lado de Donald Trump con los documentos que muestran que quizá no pagó impuestos por 18 años (no se sabe con certeza, pues aún Trump no ha mostrado sus declaraciones de impuestos), y dominó el post-debate de Hofstra por más de 10 días, pues los voceros aliados de la campaña de Trump no pudieron controlar la crisis (la solución ha sido siempre publicar las declaraciones), e insistían que no pagar impuestos es un acierto del “exitoso” empresario.
Más aún, dos días antes del segundo debate, los medios de comunicación mostraron el audio de una entrevista de NBC en la que Donald Trump exhibe la forma en la que se expresa de las mujeres. Las expresiones de Trump se agravaron con el manejo de crisis por parte de su equipo de campaña, que primero emitió un breve comunicado de un párrafo, y más de 10 horas después publicó un video en Facebook en el que Trump se disculpa por sus expresiones (sin muchas ganas de hacerlo y sin disculparse con su esposa y sus hijas), leyendo un mensaje del teleprompter. Tan grave es la ofensa de las palabras de Trump como torpe la respuesta de su equipo de asesores.
El amateurismo del primer, segundo y tercer equipo de campaña de Trump es una de las principales razones por las que el Republicano no ha superado a Hillary Clinton en el promedio de encuestas de Real Clear Politics durante toda la campaña, desde que terminó la convención del Partido Demócrata el 29 de julio, hace 73 días. El día del segundo debate, que se llevará a cabo en la Universidad Washington en San Luis (WashU), Clinton aventaja a Trump 47.5 por ciento a 42.9 por ciento, una diferencia de 4.6 puntos porcentuales.
En el primer debate las expectativas recayeron en Hillary Clinton, después de su peor semana de la campaña debido a las dudas de su estado de salud. Previo, durante y posterior al primer debate, las dudas quedaron atrás y los temas de discusión se inclinaron hacia Donald Trump. En el debate de WashU, las expectativas recaen naturalmente en Trump, por haber perdido el debate y por el mal manejo del post-debate por parte de su equipo de campaña. Las declaraciones de Trump sobre las mujeres y, sobre todo, su mal manejo de la crisis, sólo incrementan el interés de observar, en vivo durante el debate, cómo sale de la crisis que ya incluye el alejamiento creciente y explícito de altas figuras del Partido Republicano, especialmente de candidatos que buscan una curul en el Senado o en la Cámara de Representantes y que consideran tóxico estar cerca de su candidato a la presidencia.
El formato de town hall del segundo debate, en el que los candidatos responden preguntas del público, será un reto mayor para Donald Trump que para Hillary Clinton, pues la interacción escenifica la cercanía de los políticos con el electorado. El gran reto de Trump será cómo representar su disculpa y dar la vuelta a la página, al mismo tiempo que sus ataques a Clinton no refuercen la percepción de su actitud hacia las mujeres. Aunque algunos ya dan por terminada la campaña para la celebridad convertida en político, en el segundo debate Donald Trump tiene su última oportunidad para competir por la presidencia de Estados Unidos.

PhD Political Science (UCSD ’05). Socio-DG SPIN (http://spintcp.com ) Coord Diplomado Análisis Político @itam_mx Comunicación y Elecciones. Nullius in verba.