El tema eran los empleos y la economía, al menos en la agenda. Los Republicanos, sin embargo, se unieron en un objetivo común: atacar a Hillary Clinton, igual que lo hicieron el día anterior, con un tono concentrado pero con argumentos diluidos. En el día que Donald Trump fue votado candidato del Partido Republicano a la presidencia por la mayoría de los delegados estatales electos en las elecciones primarias, las palabras más frecuentes fueron Hillary (87 veces) y Clinton (70 veces), por encima de América (59 veces), Donald (59 veces), Trump (59 veces) o Empleo (37 veces). El gran ausente en el discurso por segundo día consecutivo, fue Barack Obama. Es curioso, al menos, que el Partido Republicano no haya mencionado al Presidente quien, aunque no será reelecto, es un factor crucial en la campaña, y hasta el momento ha salido ileso, quizá hasta fortalecido.
Las críticas al discurso de Melania Trump en el que repitió, en algunos casos palabra por palabra, el discurso que Michelle Obama pronunció en la Convención del Partido Demócrata de 2008 que votó candidato a la presidencia a su esposo Barack, dieron inicio al segundo día de la Convención del Partido Republicano. Los medios de comunicación no reprocharon tanto el plagio de Melania como la reiterada negación por parte de Paul Manafort, coordinador de la campaña de Trump, quien minimizó las similitudes, a pesar de que varios párrafos son prácticamente idénticos. Sin un adecuado control de daños, la campaña de Trump confirma que aún no está a la altura de la maquinaria que Hillary Clinton ha afinado durante los últimos ocho años.
A diferencia del lunes, el segundo día de la convención mostró más uniformidad que unidad entre los oradores y los delegados Republicanos al corear ataques y críticas a Hillary Clinton, lo que no necesariamente deriva en el acompañamiento incondicional a Donald Trump. Poco hicieron Paul Ryan, Chris Christie y Ben Carson por convencer y estimular a la audiencia cautiva, tanto en el recinto como en la televisión. Discurso tras discurso, los oradores del Partido Republicano proyectaron una imagen orientada más hacia su propia reelección y hacia su electorado que enfocada en encumbrar al candidato que horas antes habían escogido como su candidato para la elección presidencial de noviembre, para la que tendrán que hacer más para sumar a los independientes si quieren incrementar sus posibilidades de triunfo.
No basta decir, como Tiffany Trump expuso en su discurso, que el candidato del Partido Republicano fue un buen papá (así nada más) y que, por ello, es el hombre adecuado para ser Presidente. El equipo de campaña de Donald Trump se ha quedado corto en logística, estrategia, mensaje y manejo de crisis. Para ganar la campaña electoral a la presidencia de Estados Unidos, las figuras del Partido Republicano deben empatar su agenda personal con la del candidato Trump lo que, por lo visto, será la tarea más difícil y la que podría exhibir la real división al interior del partido. Al parecer el éxito de la convención dependerá del discurso del propio Donald Trump en el que acepte su candidatura al final de la semana. Una apuesta al estilo de Trump.

PhD Political Science (UCSD ’05). Socio-DG SPIN (http://spintcp.com ) Coord Diplomado Análisis Político @itam_mx Comunicación y Elecciones. Nullius in verba.